domingo, mayo 14, 2006


Discurso del Dr. López-Navarro, Presidente de la Institución , en el Acto de Imposición de Condecoraciones del Palmarés 2005-2006
Excelentísimos e Ilustrísimos Miembros de la Institución del Mérito Humanitario. Señoras y Señores, Amigos todos:
Es altamente satisfactorio comprobar como año tras año, se acrecientan en nuestra Institución el número de ilustres amigos, que acuden para concedernos una fructífera correspondencia de afectos e intenciones.
Es muy grato para todos, comprobar como la Institución cobra mayores objetivos y más internacionalidad.
Hoy podemos proclamar que la Institución del Mérito Humanitario, es una contínua, vibrante y potente manifestación del afán de entendimiento con el hombre que su filosofía tutela y vivifica, a través de un ideario cuya magnitud desborda a cuanto podíamos imaginar en sus inicios.
La Institución del Mérito Humanitario quiere, en primer lugar, agradecer su presencia que, sin duda, reponde al interés que todos ustedes sienten por los muchos problemas que agobian al hombre, problemas que desgraciadamente no sabemos en muchas ocasiones, cuando y como se inician ni tampoco cuando acaban, solo podemos deducir que se suceden.
Los principios que rigen los ideales de nuestra Institución, son de todos conocidos, pero es preciso que sigamos insistiendo en ellos, por lo que nos es tan grato pregonarlos, lo que significa transmitir a los demás nuestra misión, su sentido y, muy profundamente, nuestro sentimiento. Hacer llegar nuestro mundo interior, el que brota de nosotros y que forzamos a que brote, como un manantial de caudal inagotable, al que podemos atribuir el valor de un diálogo, de un discurso de amor hacia los demás. Este diálogo es solo un inicio, pero deja intuir que una vez abierto es como un torrente que todo lo vigoriza y une.
Al pregonar nuestras ilusiones manifestamos una inquietud y un pensamiento que unidos tienen la fuerza de la semilla lanzada al aire y que al caer en tierra fecunda engendra comprensión y afecto. Comunicarnos, entiende como exaltar los valores del hombre, cantar la belleza del amor hacia los demás, glosar hábitos y costumbres que refuerzan la relación con nuestros semejantes y aúnan lazos de amistad y nuevos vínculos, que serán preludio de entendimiento y símbolo del abrazo que tanto necesitamos todos.
Se impone conocer la humana preocupación que, en cada momento, anida en el alma de todos nosotros, sus grandes o pequeñas inquietudes y sus lógicas aspiraciones. Sin este conocimiento es difícil establecer un justo ordenamiento en pro del bien común.
La norma que no sabe recoger las auténticas necesidades del hombre queda, generalmente, convertida en otra nueva "nula Precepta", sin vida y sin fecundidad.
El destino del hombre es, ciertamente, individual, pero precisa de la cálida convivencia humana para lograrlo más plenamente. El amor no es solo vida, es la culminación de la misma. El hombre únicamente halla su plenitud cuando vive en comunidad y da a su existencia aquella trascendental misión que lleva consigo la virtud de la caridad, centro y fundamento de toda la vida.
Sabemos que estamos lejos de haber llegado al nivel deseado. Es pues necesario que nos aprestemos a continuar el camino iniciado y nos planteemos con todas nuestras fuerzas lo que los intereses de nuestra Institución tiene fijados y nos lancemos con redoblado esfuerzo a los fines con que nos hemos iniciado, sin demoras ni paralizaciones.
Nuestro deseo es que la Institución, cita de afectos y de comunicación, permita dar un paso más hacia una estabilidad social, en la que todos pongamos nuestros más reiterados esfuerzos y nuestras más caras ilusiones.
Tengamos siempre presente que lo que realmente nos obliga es el no perder nunca la fe, no abandonar jamás el optimismo y no permitir que decaiga la espera. Como nos dice Joan Maragall: "Pensa la vida que tens entorn, aixeca el fron, somnia en els set colors, que hi ha en els nuvols"
Muchas Gracias!
Excmo, Sr.Dr.Don Emilio López-Navarro Sifre
Barcelona 13 de Mayo de 2006

No hay comentarios: